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AMISTAD & PROYECTO

DOS PERSONALIDADES

UNA MISMA CONVICCIÓN

El proyecto nace de la amistad de Norberto Páez y Sebastián Bisole, dos ingenieros agrónomos y enólogos, que se embarcaron en la aventura de crear su propio vino. Inspirados en técnicas de elaboración del pasado, con la pasión y la fuerza que emana del alma de cada uno. Amigos desde los 12 años, no sólo hicieron el secundario juntos, en el Liceo Agrícola Enológico, sino también la carrera en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo.  Distintos en sus personalidades, pero tan similares en sus convicciones, Norberto y Sebastián son los protagonistas y autores, cuya conjunción de potencialidades dan lugar a los vinos Paso a Paso.

Hoy el mundo vínico es parte de su paisaje, de sus vidas, entrelazando la vocación del productor y del enólogo, con la pasión y fuerza que emana del alma de cada uno.

El apasionante mundo vitivinícola los ve transitar con pasos contundentes. En el año 2010 la expresión viva de la naturaleza los sorprende gratamente dejando ver un parral de uva Bonarda de 72 años de edad, ubicado en El Cepillo, San Carlos.  A partir de este descubrimiento deciden incluir en el proyecto, además de Malbec, la elaboración de Bonarda, vino que luego obtiene medalla de Plata en el concurso “Bonarda Argentina 2015”. Este “impulso anímico” les permite avanzar, buscando una bodega para elaborar sus vinos.

El 14 de marzo de 2016 el vino cobra forma e identidad. Sale al mercado con marca propia, con una producción de 3 mil botellas aproximadamente, entre ambas variedades Malbec y Bonarda. Desde ese momento comenzaron a realizan partidas limitadas de vinos de altísima calidad y muestran la frescura y energía del nuevo vino argentino.

ORÍGENES

INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN

Todo comenzó en la Bodega Experimental de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Cuyo, en el año 2007-2008 realizando ensayos para diferentes bodegas. A la vez realizaban sus propias investigaciones, lo cual comenzó a dar origen a las actuales líneas que hoy elaboran en la bodega. Esta es la base de su filosofía I+D Investigación y desarrollo, siempre buscando innovar y crear vinos de alta calidad.

Comenzaron a hacer microfermentaciones experimentales en 2008 y se inscribieron en el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) en 2014, elaborando vinos Bonarda y Malbec en un garaje.

“Alquilamos la cochera de un vecino en Godoy Cruz y decidimos hacer un proceso particular: fermentamos en barricas viejas que reconstruimos; tenemos un 100% Malbec, un 100% Bonarda y un 50% Malbec y 50% Bonarda. La producción rondaba las 700 botellas en total”, recuerdan.

Para el año 2015, se lanzaron a la aventura de crear su propio vino, teniendo como fuente de inspiración los procesos de antaño para trabajar en su propio proyecto. Para ese entonces elaboraban sólo dos barricas: una de Malbec y otra de Bonarda, lo cual eran menos de 600 botellas en total. En ese momento presentan el Bonarda con una etiqueta muy básica en el Concurso Nacional de Bonarda obteniendo una medalla de plata. Con este galardón se dieron cuenta que su proyecto daba para más, y deciden hacer un ensayo más grande y crear su propia marca. Al poco tiempo, ya con identidad propia, se lanzaron a comercializarlo por Mendoza.

Hoy, cuentan con un amplio porfolio de diferentes vinos, del total de su producción el 60% se destina al mercado interno (Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza) y el restante 40% al exterior, donde los principales destinos son Estados Unidos, Dinamarca, Japón, Francia, Suiza, Australia, Canadá, Uruguay y Perú.